Las farmacias tienen un Norte claro: modelo asistencial, centrado en el paciente y con un fuerte componente de servicio a la comunidad. Sin embargo, no debemos olvidar que una farmacia es, además, un negocio. Un negocio que, para ser sostenible y cumplir con su vocación de servicio, debe ser rentable. La combinación de ambas dimensiones —asistencial y empresarial— no solo es posible, sino necesaria.
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Para contextualizar, una farmacia media en España tiene un margen bruto en torno al 25-30% sobre la facturación, según datos del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. Este margen, aunque estable, no es infinito. Hay gastos fijos como alquileres, suministros, personal (que puede representar entre el 15% y el 25% del gasto mensual), y amortización de inversiones en tecnología o mobiliario.
Por lo tanto, para que una farmacia pueda invertir en servicios asistenciales como seguimiento farmacoterapéutico, programas de adherencia o incluso formación para los pacientes, necesita generar un beneficio que permita cubrir estos costes y tener margen de reinversión.
El equilibrio entre asistencia y rentabilidad
- Optimización del stock: Mantener un stock eficiente es clave para evitar sobrecostes por productos caducados o inmovilizados. Según estudios sectoriales, una mala gestión del inventario puede reducir el margen en 2-5 puntos porcentuales.
- Servicios diferenciados: Servicios como la dispensación personalizada, pruebas de diagnóstico rápido o asesoramiento nutricional no solo aportan valor al paciente, sino que generan ingresos adicionales. Según Farmaindustria, los servicios añadidos pueden aumentar la facturación en un 10-15% anual.
- Control de costes operativos: Adoptar herramientas de gestión digital puede reducir los tiempos administrativos hasta en un 20%, liberando recursos para invertir en atención al paciente.
Cifras que respaldan la rentabilidad del modelo mixto
Un ejemplo práctico puede ilustrar la conexión entre asistencia y rentabilidad. Imaginemos una farmacia que implementa un servicio de seguimiento farmacoterapéutico:
1. Coste del servicio: 5,000 €/año (formación y dedicación de personal).
2. Ingresos generados: Un incremento del 10% en la adherencia a tratamientos puede aumentar la venta de medicamentos recurrentes en 15,000 €/año
3. Beneficio neto: 10,000 €/año de rentabilidad directa más un impacto positivo en la fidelización del paciente.
Propietario como gestor empresarial
Además de ser un profesional sanitario, el farmacéutico debe desempeñar un rol empresarial:
- Conocer su cuenta de resultados ¿Qué porcentaje de tu facturación proviene de OTC (productos de venta libre)? ¿Cuál de servicios asistenciales?
- Fijar indicadores (KPIs) claros: Margen bruto, rotación de stock, ingresos por servicio y coste por cliente son métricas esenciales para entender el negocio.
- Reinvertir con criterio: Una farmacia que invierte en tecnología para dispensación automatizada o en campañas de marketing segmentadas puede ver un retorno de la inversión de hasta un 30-40% anual, según el caso.
La vocación asistencial no está reñida con la gestión empresarial. De hecho, una farmacia rentable tiene mayores posibilidades de ofrecer servicios de calidad y adaptarse a los cambios del sector. Al final, una buena gestión no solo beneficia al propietario, sino también a los pacientes, al garantizar un servicio sostenible y de alto valor añadido.
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